Las relaciones sociales funcionan de acuerdo a la confianza y empatía que existan entre las personas, sobre todo si nos referimos a las relaciones de pareja, en la que la confianza es una de las bases, complementando al amor. Cuando conocemos a alguien necesitamos esas pruebas que nos demuestren que podemos confiar en esa persona, pues así podemos entregarnos sin medida y vivir el amor sin problemas. Sin embargo, puede existir un quiebre o algo que nos haga perder la confianza en unos segundos.
Cuando no existe confianza la relación no funciona, abundan las discusiones y el diario vivir de la pareja se agota, pues las energías negativas consumen todo el amor que podría haber. No amamos de la misma forma, y comenzamos a evitar pasar tiempo con esa persona, dejamos de lado el contacto, pues no nos sentimos cómodos estando con alguien en quien no confiamos y no creemos que esa relación vaya a durar más, así que buscamos la forma de terminar con esta, pues nos preocupa sentirnos así ahora, nos preocupa darnos cuenta de estas cosas, pues no sabemos cómo serán a futuro.
Piénsalo así. La confianza es la base del hogar que estás formando, cuando esta base no es sólida y no está bien armada ese hogar se desarmará y no habrá nada que lo soporte. Puedes volver a reconstruir, claro, pero dependerá del grado de quiebre que haya tenido.
A veces la confianza se ve impactada, pero sí hay forma de repararla y volver a confiar, pero siempre dependerá de tu disposición, la de tu pareja y de cuán grave haya sido lo que sucedió.
Y, sobre todo, de cuánto amor haya entre ustedes.
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