America Latina

America Latina

sábado, 7 de marzo de 2015

Por qué no te voy a dar nunca una segunda oportunidad

Si algo me enseñó la vida, es que la confianza no es gratis. No se regala. La confianza se gana.

Ha sido un viaje muy difícil. Desde la adolescencia y la universidad hasta la vida adulta. He perdido a muchos amigos. He tenido que decir adiós a personas que pensé que estarían en mi vida para siempre, personas en las que pensé que podía confiar con los ojos cerrados.

Siempre me digo a mí misma: “¿Son estas personas las que quiero en mi vida? ¿Personas que podrían mentirme, engañarme y hacerme daño? Y de esta manera me recuerdo a mí misma que no perdí nada. Puede que extrañe sus compañías de vez en cuando. Puede que vea algo en la calle que sé que encontrarían increíble y detecte una punzada en mi corazón. Lo admito. Pero ese dolor momentáneo se compensa con el hecho de que, al dejarlos ir, dejé de sentir el sufrimiento que esas personas me provocaban.

Y por eso no daria una segunda oportunidad. Nunca lo haré.

Porque si doy una segunda oportunidad y la cagan de nuevo, es mi culpa, no la suya. Y no estoy dispuesta a que eso pase.

Si pasan por encima de mí una vez, la culpa es suya. Pero si lo hacen dos veces, la culpa es mía. La primera vez que una persona te apuñala por la espalda, no pudiste verlo venir… pero la segunda vez, no tienes ninguna excusa. Si perdonas a alguien de haberte engañado y haberte hecho sufrir, sólo vas a invitar a esa persona a hacerlo de nuevo.

Y lo siento, pero yo no puedo permitir eso en mi vida. No voy a a perdonar sólo porque no me supieron valorar. Puedo vivir con el dolor que viene con el hecho de que te mientan o engañen, pero no puedo vivir con esas mismas heridas reabriéndose constantemente porque decidí perdonarle. 

Porque sé lo que es capaz de hacer.

Si ha demostrado que es capaz de hacer cosas realmente terribles a alguien que supuestamente le preocupa.  Ha demostrado que es capaz de hacerle daño a la gente más cercana a si mismo, entonces yo no voy a estar expuesta a ese tipo de toxicidad.

Porque cuando rompes el corazón de alguien, realmente nunca sana.

Un corazón roto puede ser reparado, pero ese corazón nunca estará completo, por lo menos no del todo.

Esos malos momentos siempre dejarán cicatrices. Si eres una persona que se suma a esas cicatrices… Nunca le voy a dar una oportunidad de hacerlo de nuevo.

Porque no tiene sentido perdonar a alguien cuando realmente no voy a poder olvidar.

Como la mayoría de las mujeres, tengo una excelente memoria. Una mujer no olvida las cosas, sobre todo cuando esas cosas implican ser traicionado. Dicen que hay que perdonar y olvidar. A la mierda eso, nunca voy a olvidar lo que me han hecho y, por lo tanto, no voy a perdonarle.

No le voy a dar una segunda oportunidad, porque no se la merece.

Porque merezco primeras oportunidades, no segundas. Y sé que hay alguien que ha estado esperándome. Alguien que sabrá valorarla.

Y ese no sera él.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario