La única forma de seguir adelante es resolver los problemas. Hablar. Encontrar un acuerdo. Perdonar.
Este artículo fue originalmente escrito por Elizabeth Vagnoni para Next Avenue.
La verdad es que, mis dos hijos adultos han cortado lazos conmigo. La verdad es que, amo a mis hijos y los extraño todos los días. La verdad es que, no puedo comprender como sucedió algo como esto. La verdad es que, decir que los amas y los extrañas no es suficiente. Hay muchas otras cosas que decir, pero necesitas una conversación, una interacción real, no sólo silencio. Para mí, este corte en la comunicación comenzó con lo que creía había sido un malentendido. Desde ese momento, he estado en un viaje de entendimiento, o al menos, intentando comprender.
Como solo me he topado con silencio a la hora de intentar comprender el punto de vista de mis hijos, he comenzado a estudiar este corte de lazos. He investigado todo artículo que pudiese encontrar sobre el tema, he presentado en conferencias y he sido co-autora de un artículo sobre este alejamiento. Comencé una red social privada para quienes experimentan lo mismo y hay algo que queda claro: existen, literalmente, miles de historias como la mía.
El nacimiento del narcisismo en los jóvenes
Los padres cuentan historias de palabras mal dichas, malos entendidos o interferencias de otras personas que empeoraron las cosas. Mucho de lo que describen, si bien está lleno de conflictos y es incómodo, no parece lo suficientemente malo como para haber causado que sus hijos no les hablen. Los escenarios no parecen garantizar un silencio total. Al menos no de acuerdo a la forma en la que fui criada. Escucho mucho esa frase también.
Muchos de los padres con los que hablo son personas que nacieron en los años 40 o 60, quienes comparten valores y creencias similares, incluyendo cómo debiesen ser tratados los padres. Las similitudes que he visto en estas historias sobre cómo han perdido contacto con sus hijos creó una nueva dirección para mi investigación: nuestra cultura.
Estas son historias de amor, aunque a veces leyendo las historias de los padres, algunos de los lectores podrían comprender porque sus hijos necesitan tiempo a solas.
Específicamente, he hecho de mi foco el nacimiento del narcisismo entre las personas jóvenes. El tema es bastante popular hoy en día. El libro, El Narciso de al Lado, fue lanzado justo el mes pasado por Jeffrey Kluger, editor de temas científicos de la revista Time. Kluger escribe: “Los padres pasan mucho tiempo asegurándose que sus hijos tengan una alta autoestima. Necesitas tener un ego saludable para ser el mejor en tu campo laboral. ¿Pero cuando se vuelve esta autoestima narcisismo?” El narcisismo ha sido desde hace mucho asociado con la noción de sentirse con derecho, lo que típicamente sugiere una falta de empatía, sentirse superior a los demás y tener una tendencia a reaccionar violentamente ante la crítica. Esto es lo que me pregunto.
Los niños en el centro, los adultos en el margen
En generaciones previas nadie se preocupaba de la autoestima de los niños. En el pasado, las experiencias de los mayores eran valoradas y sus hijos los escuchaban. Este corte de lazos sucedía, pero parecía ser reservado para ciertos parientes, para la ‘oveja negra’ de la familia.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, el doctor Benjamin Spock hizo su aparición como uno de los primeros expertos en crianza que intentaba comprender las necesidades de los hijos y que hablaba de las dinámicas familiares. Spock les entregaba a los padres lo que él creía era la mejor receta para la felicidad de los niños. Creía que los padres debiesen ser más flexibles y afectivos con sus hijos y que debiesen tratarlos como individuos. Las creencias previas habían sido que la crianza debiese centrarse más en la disciplina.
Así que quizás la semilla de este desapego de los hijos con los padres comenzó con nosotros. Nosotros fuimos la primera generación en tener padres que estaban muy preocupados de asegurarse que sus hijos tuviesen una niñez ‘mejor’ que la de ellos.
Una historia muy recurrente entre aquellos padres que han sido dejado de lado por sus hijos es lo mucho que se habían preocupado por sus hijos, lo mucho que hicieron para asegurarse que tuvieran lo mejor, lo mucho que los habían convertido en el centro del universo familiar y como usualmente los trataban más como un igual o un adulto que como un niño.
Con más permisos, más presiones sociales y cambios dentro de la estructura tradicional de la familia, creo que el cambio en la crianza que comenzó en los años 40 debe ser examinado.
¿Ha sido este cambio en el estilo de crianza lo que nos ha llevado al nacimiento del narcisismo en las siguientes generaciones a lo largo del tiempo? ¿Ha resultado esto en adultos que tienen la habilidad de cortar lazos con sus padres sin pensarlo o preocuparse mucho de las consecuencias?
Creo que esta cultura de la ‘autoestima,’ (dale un premio a todos, deja que los adolescentes sean irrespetuosos con la autoridad), ha sentado el tono y creado un resultado que nadie se esperaba: la idea de que está bien cortar lazos con tus padres.
Cuando algo, o más específicamente, alguien, ya no apoya la visión que tienes de ti mismo ¡Deshazte de ellos!
Los problemas deben ser resueltos
Según una encuesta de personas que habían sido víctimas de este cese de comunicaciones que se hizo a través de mi sitio web, de 907 personas que respondieron, 82% de los adultos que habían cortado lazos con sus padres reconocieron los esfuerzos pasados que sus padres habían hecho por ellos, pero sólo un 58% de los encuestados reportaron tener algún tipo de deseo de volver a tener una relación con sus padres.
Al mismo tiempo, 76% de estos hijos dicen que no tener contacto con sus padres ha afectado su bienestar (a pesar de que parece haber sido su propia opción).
Mis hijos se niegan de forma consistente a responder mis correos electrónicos y no contestan mis llamadas o casi no hablan cuando responden. Me acusan de ser una persona terrible, pero no explican qué es lo que he hecho. Bueno, a veces lo hacen, pero no le encuentro sentido. Por ejemplo, ¡Es difícil ser parte del nacimiento de mi nieto si ni siquiera sabía que iba a tener uno!
Todo comenzó gracias a un correo electrónico personal que se sintieron con derecho a leer en mi computador.
Si son como los hijos que respondieron a mi encuesta, probablemente sufren tal como yo.
La única forma de seguir adelante es resolverlos. Hablar. Encontrar un acuerdo. Perdonar.
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